Como ya os hemos comentado en alguna ocasión, en los últimos años Halloween ha pasado de no existir, a convertirse en uno de los principales motores del consumo doméstico y de la economía japonesa.
Y es que se calcula que Halloween genera alrededor de 720 millones de €. En realidad, muchos japoneses no saben qué significado tiene la fiesta de Halloween, y tan solo se limitan a decorar sus negocios o casas. 
Pero los niños sí disfrutan de ello, y lo celebran de la forma más tradicional: disfrazándose y solicitando dulces a los adultos con el ya conocido “truco o trato”.
Esta fiebre la inició a mediados de los ’90 el parque “Disneyland Tokyo”. La cosa empezó siendo algo anecdótico, pero fue en el año 2000 cuando Disney lanzó una gran campaña de Halloween. 
De ser en los inicios unas docenas de visitantes con disfraces, pasaron a ser centenares, y de centenares a casi toda su totalidad actualmente. A esta iniciativa se sumó el parque de “Universal Studios” con su primera fiesta dedicada a esta celebración en el 2001.
Gracias a los parques de atracciones, Halloween fue calando poco a poco entre los japoneses. 
Las empresas le vieron una salida comercial importante, por lo que ya se ha convertido en una tradición lanzar al mercado ediciones limitadas de sus productos inspiradas en esta festividad. Algo que los consumidores esperan con gran expectación como si de un evento especial se tratase.
Por otra parte, por todos es conocido que en Japón hay una gran afición por el cosplay, y si bien no se celebra el carnaval, Halloween lo sustituye con creces.
Es la excusa perfecta para disfrazarse de la forma más imaginativa, dando rienda suelta al ingenio de todos los fans del disfraz.
